Una vez todos y todas presentes, profesores satisfechos con el trabajo bien hecho, autoridades, hijos e hijas, alumnos y alumnas, nerviosos, guapos, guapísimos con sus trajes de fiesta, deseosos de celebrar su triunfo en esta etapa de su vida. Las madres y los padres, satisfechos, orgullosos como nunca, emocionados de ver a sus retoños convertidos en jóvenes preparados, dispuestos. Todos con la esperanza puesta en estos jóvenes que ahora empiezan una etapa llena de inquietud, de futuro y de presente, de responsabilidad sobre sus jóvenes hombros, ya que de ellos y ellas depende el futuro, el futuro del país, quizá de la humanidad, pero sobre todo el suyo y el de aquellos que caminen a su lado. En sus manos y en su capacidad para decidir y ser consecuentes con sus decisiones está lo que pase en su vida, a donde lleguen o donde queden. Su felicidad dependerá de su capacidad para responder ante las situaciones de la vida, adaptarse a estas, aceptarla y ser conscientes de que está en ellos que estas cambien o sigan como se las encuentren.
Bueno, que me enrollo. Es que fue muy emocionante para los que allí estuvimos. Tras las presentaciones de rigor, un representante de cada grupo de la comunidad educativa nos dirigió unas sinceras y emotivas palabras. Comenzaron los alumnos, en la voz firme, emocionada y agradecida de una de ellas. Luego un profesor, que una vez más, y esta vez fuera de horas, gratuitamente y con su mayor generosidad le dedicó su última lección de este ciclo.
Tras ellos un representante de los padres, nervioso a la vez que orgulloso nos hizo un repaso
Alcalde y directora, pusieron también sus anhelos y esperanzas para un futuro mejor sobre los hombros de estos chavalas y chavales que parecen preparados para salir al mundo y plantarle una dura batalla.
Luego un pequeño refrigerio juntos todos los pertenecientes a esta singular comunidad que se forma entorno al Instituto San Roque de Dos Torres y de Añora. Comunidad que hoy, más que nunca era unidad común en agradecimientos, objetivos, esperanzas y satisfacción, mucha satisfacción.
Para finalizar, nos fuimos al pueblo que los vio nacer a casi todos, a seguir la celebración hasta que los cuerpos, la noche y el trabajo del día siguiente nos permitieron. La vida sigue. (Pero el recuerdo de este momento, quedará en las mentes y sobre todo en el corazón de los que allí estuvimos)
Desde la asociación de Madres y Padres Juan Cornejo, miles de gracias a todos y todas, un abrazo para nuestros hijos e hijas con todas nuestras fuerzas, y mucho ánimo para su nueva labor.
